Compasión, vulnerabilidades y fortalezas con Gelong Karma Tenpa

La visión budista nos alienta a reconocer nuestro sufrimiento e incomodidades diversas, y al mismo tiempo nos alienta a cambiar la habitual familiaridad con las causas del sufrimiento por la confianza en cualidades que están presentes en nosotros y cuya familiarización a través de los diversos métodos de práctica las harán cada vez más estables y cercanas.

Entrar en el camino, meditar, estudiar y practicar las enseñanzas de Buda supone esta transformación. Pero ¿qué queremos decir con "transformarnos a nosotros mismos'"?, ¿qué es exactamente lo que queremos transformar?

Esta es una de las primeras preguntas que debiéramos presentarnos a nosotros mismos ¿cuáles son mis necesidades? ¿por qué hago, o me suceden, cosas que están en conflicto con mis necesidades? ¿Y qué causas tienen, de dónde se originan?

Nuestro mundo emocional es muy rico y complejo, nos acerca y nos aleja de nosotros mismos y de los demás. Las emociones emergen tan fuertemente que no siempre sabemos qué hacer y tampoco siempre responden a nuestras necesidades más íntimas y sanas.

Todo esto funciona como causa y efecto a una velocidad tal que nuestra mente no tiene tiempo de tomar conciencia de lo que está pasando. Sólo sentimos el efecto de nuestras emociones y sus efectos en los demás, pero no comprendemos cómo, a pesar de nuestras buenas intenciones, han podido apoderarse de nosotros de esa manera. 

Así, después de algún tiempo, nos damos cuenta de que nuestra intención de ser compasivos, de poseer un buen corazón lleno de ternura se ha quedado sólo en una teoría.

¿Qué podemos hacer para aliviar y crecer con las dificultades propias de la vida? Por nuestra parte tenemos que afrontar lo que se esconde en nuestros cuerpos y en nuestros corazones, tal vez una vieja tristeza, desazón, hastío, frustración, etc., que provienen de expectativas y fracasos pasados, si no lo hacemos nos sentiremos atrapados en una sensación fragmentada, incompleta, de falsedad o hipocresía. Necesitamos adentrarnos en esos profundos y dolorosos paisajes y no necesitamos otro impulso o cosa más que satisfacer nuestro anhelo de totalidad integrando la aceptación.

Un trabajo personal que al mismo tiempo nos invita a comunicar con el otro de corazón a corazón acompañándole en sus intentos por alcanzar la dimensión más elevada de su ser. Ver la bondad natural en las personas más allá de las limitaciones del yo condicionado e irradiar afecto y empatía hacia todos los seres que ocultan su ternura por miedo a ser heridos. Podemos aportarles nuestro amor no condicionado y comprensión para despertar su corazón.